martes, 19 de junio de 2007

Taller de Videojuegos

Como docente implementé un taller de videojuegos de rol, que me brindó una de las experiencias más gratificantes dentro de mi carrera al frente de un grupo de alumnos. Como usuaria de esos juegos sabía que son largos y complejos y que no es sencillo lidiar con todas las variables y situaciones que aparecen durante su desarrollo. Por eso siempre estaba latente la pregunta que se hace cualquier docente inquieto por saber cómo aprenden sus alumnos:

¿Cómo harán los diseñadores de estos juegos para lograr que a la gente le guste aprender? ¿Qué hacen para que la motivación por continuar sea más fuerte que las dificultades que hay que enfrentar? ¿Por qué no ocurre lo mismo cuando les propongo a los chicos aprender en la escuela?


Si analizamos las implicancias pedagógicas de los videojuegos de este tipo, podríamos ver que durante el desarrollo los chicos reciben mucha información que deben procesar y asimilar. Para ello tienden a realizar naturalmente esquemas, cuadros, tienden también a discutir decisiones, a buscar información anexa, a tomar notas, hipotetizar sobre posibles soluciones, manipular variables y comprobar estas hipótesis. En síntesis, hacen todo lo que a los docentes nos cuesta tanto lograr en una situación escolarizada.


Volviendo a mi propia experiencia, era muy interesante observar que había un juego que se desarrollaba en la computadora y otro fuera de ella con los chicos interactuando entre sí, consultando mapas, calculando costos, evaluando posibilidades, tomando decisiones y corrigiendo errores y, sobre todo, hablando entre sí, comparando resultados, compartiendo descubrimientos, ayudándose a comprender, aprendiendo con el otro.


Por supuesto que también hay que pensar en cómo manejar el costado oscuro de los videojuegos; muchos de ellos son sexistas o emplean la violencia como medio; otros apuestan a determinadas ideologías que presentan como ideales. Afortunadamente siempre hay otro juego que presenta el contravalor correspondiente y que ayude a analizar desde la discusión y el esclarecimiento, sobre todo con los chicos mayores, el tema subyacente. Son muy ricas las explicaciones y las conclusiones a las que se puede arribar con los chicos cuando no tememos ni eludimos el hecho de enfrentarnos con esta realidad del mundo exterior en la escuela.


En cuanto a cómo llevar a cabo un emprendimiento de esta naturaleza, si bien no hay una sola receta aplicable en estos casos, recomendaría que:


—se reflexione sobre el por qué y para qué del videojuego antes de decidirse a incorporarlo a un proyecto áulico;

—debido a su extensión, se elija una parte del videojuego a trabajar (la que responda mejor al proyecto áulico, al contenido a enseñar y al aprendizaje como prioridad);

—se limite el tiempo de uso del videojuego;

—se elijan videojuegos que puedan adaptarse al trabajo colaborativo.

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